En un futuro distópico no muy lejano, el mundo se hallaba sumido en un conflicto implacable entre dos facciones: las Corporaciones Libres y las Corporaciones Corruptas.
La lucha giraba en torno al control de un artefacto único y poderoso, conocido como la:
«Melodía de la Obediencia».
Esta melodía, con el poder de borrar selectivamente los recuerdos de las personas, estaba en manos de Korman Digital & Media Solutions, una corporación poderosa e innovadora que había desarrollado una tecnología revolucionaria de ingeniería de sonidos psycho/mentales.
La «Melodía de la Obediencia» había sido creada por Albert Korman, un visionario ingeniero de sonido que tenía una visión radicalmente diferente de su invención en comparación con el resto del mundo.
Mientras Korman Digital & Media Solutions veía la melodía como una herramienta para que la gente olvidara los malos momentos y viviera en un constante estado de euforia, alegria y placer.
Albert Korman tenía un propósito más noble en mente:
quería utilizar la melodía para liberar a la humanidad de las garras de las Corporaciones Corruptas y llevar al mundo hacia un futuro mejor.
La melodía funcionaba en conjunto con un dispositivo llamado
«MasterTrack»,
una invención de Albert Korman que permitía a los Jardineros del Espacio y el Tiempo,
un selecto grupo de individuos con la capacidad de manipular la realidad a través de la música, controlar el alcance y la duración del efecto de borrado de memoria.
Las Corporaciones Corruptas habían estado buscando apoderarse de esta tecnología,
no para ayudar a la humanidad, sino para subyugarla aún más.
Querían utilizar la «Melodía de la Obediencia» para borrar la voluntad de las personas y convertirlas en esclavos obedientes, perpetuando así su dominio sobre el mundo.
Albert Korman se convirtió en el último defensor de la libertad y la esperanza.
Armado con su conocimiento y su pasión por la música, decidió luchar contra las Corporaciones Corruptas.
Organizó a un grupo de músicos y rebeldes, conocidos como los «Sons of Freedom»,
quienes estaban dispuestos a arriesgar todo por la causa.
Juntos, se infiltraron en los Sistemas de Audio del propio sistema publico de audencia y guardaron con astucia la «Melodía de la Obediencia» estaba custodiada con celo.
La batalla en los Tracks de Korman Digital & Media Solutions fue épica.
Las notas musicales resonaron en el aire mientras Albert y su equipo luchaban contra los guardias de las Corporaciones Corruptas.
En medio del caos, Albert logró acceder al MasterTrack y cambiar los parámetros de la melodía.
Ahora, en lugar de borrar la memoria, la melodía liberaría las mentes de aquellos que la escucharan.
El cambio en la melodía fue inmediato.
Quienes estaban bajo su influencia comenzaron a recordar todo lo que habían olvidado, incluidas las verdades que las Corporaciones Corruptas que habían ocultado informacion desde hace mucho tiempo.
La población se alzó contra sus opresores, y las Corporaciones Corruptas se vieron despojadas de su poder.
La humanidad, liberada de las cadenas del olvido y el control, se abrió a un nuevo mundo de posibilidades.
La «Melodía de la Obediencia» se convirtió en un himno de resistencia y esperanza, una poderosa herramienta para el cambio positivo.
Albert Korman y los Sons of Freedom se habían convertido en leyendas, recordadas por su valentía y su determinación para unir a la humanidad en busca de un futuro mejor.
El mundo, finalmente liberado de la opresión, comenzó a sanar y a evolucionar hacia una sociedad en la que la música y la libertad eran celebradas como tesoros invaluables.
La lucha de Albert Korman y los Sons of Freedom se convirtió en un símbolo de que, incluso en los momentos más oscuros, la música y la voluntad de luchar por un mundo mejor podían prevalecer.